martes, 15 de noviembre de 2011

La esperanza anunciada


Saludo a todos los que quieran seguir mis reflexiones, pretendo con ello transmitir una visión distinta, donde el miedo no debe tener cabida, para comprender que vivir y morir no son palabras con significados antagónicos, sino una manera de proseguir un camino y un aprendizaje indistintamente de la edad y las circunstancias que puedan concurrir en el trayecto de una vida.
A través de las palabras aquí escritas, quiero contar una hermosa historia de vida, de vocaciones, de lucha y de aprendizaje, donde la enfermedad, el amor y el transcurrir por la vida se convertirá de alguna manera en un homenaje a los hombres y mujeres que luchan por aliviar el sufrimiento, y el trascender de un espíritu con honor en una magnifica experiencia humana.

Este blog "El Canto del Mirlo", tiene este curioso nombre por una vivencia muy especial. Ha existido un tiempo  muy difícil en mi vida donde algunas noches llenas de angustia con amargas y dolorosas esperas, en la última primavera que viví junto a mi hijo Jesús,  el canto del mirlo al alba me daba la oportunidad de valorar el presente, espantar al miedo y coger la esperanza con la punta de los dedos.
mirlo


















Este canto cadencioso, lleno de matices se tornaba como una oración  para seguir luchando, a desear con toda la fuerza del mundo que una terrible enfermedad no apartara a mi hijo de mi vida y que cuando llegara el día hubiese una solución  para no sufrir, para devolver una sonrisa a su cara y paz a mi alma.

Y un día el mirlo anunció una parada en el dolor, un paréntesis en la enfermedad, un trocito de tiempo para recuperar la normalidad. Llegaron unos médicos-ángeles, que pertenecen a un hospital con nombre de nobleza, de una ciudad anudada por un río y bañada por la luz. 

Ellos repletos de sabiduría científica, conocimientos clínicos y con la sensibilidad de las almas que conocen su propósito de vida, brindaron la oportunidad  a mi hijo de tomar las riendas de la suya, descubrir la dignidad para vivir y dejar fluir su esencia a pesar de la dureza de una enfermedad tan terrible como el cáncer.

Poco a poco iré contando los mejores momentos, anécdotas de su manera de entender la vida y su fuerza para enfrentarse a situaciones difíciles a pesar de su juventud. Demostró con valentía que vivir y morir puede convertirse en un acto de honor y de amor hacia su familia y sus amigos

Hasta la próxima entrada…


Amparo Carmona, texto extraído de su blog: El canto del mirlo en primavera

No hay comentarios:

Publicar un comentario